Nuestras vidas están llenas de responsabilidades, y muchas de ellas tienen un coste. Ya sea el trabajo, los estudios, la familia o los amigos, tenemos que equilibrar nuestro tiempo para sacarle el máximo partido. Cuando se tira en múltiples direcciones, puede ser fácil olvidarse de uno mismo y de sus propias necesidades personales. No tienes por qué seguir siendo una víctima de los que te rodean; sigue estos consejos para salir de los rituales destructivos sin romper tu espíritu.
Compromiso con el proceso
Todos queremos cambiar, pero el cambio requiere compromiso. Si estás preparado para salir del ciclo de autosabotaje y volver a encarrilar tu vida, tienes que tomar la decisión de que estás preparado para comprometerte con el proceso. Si has intentado cambiar tus hábitos o romper un hábito destructivo antes, probablemente sabes lo difícil que puede ser. También es posible que sepas que casi lo has conseguido, pero que no puedes seguir adelante. Esto es normal. El cambio requiere un proceso, no un instante. No hay atajos para la superación personal. Pero si estás dispuesto a seguir adelante, puedes superar tus comportamientos de autosabotaje.
Pide ayuda cuando la necesites
Quizá lo hayas intentado todo, pero eres demasiado testarudo para cambiar. Puede que incluso hayas tocado fondo y te hayas dado cuenta de que necesitas ayuda. Ahora es el momento de pedirla. Si te da vergüenza recurrir a ella o tienes miedo de que te juzguen, es probable que sea porque crees que eres una mala persona o que no eres digno de ser amado. No tienes por qué seguir solo este camino. No dudes en pedir ayuda. No tienes que sentirte culpable o avergonzado por necesitarla. Si te has topado con un muro con tus hábitos y no sabes con quién hablar, tu médico de cabecera es un buen lugar para empezar. Puede remitirte a un consejero, a un terapeuta o a un grupo de apoyo. Tu médico también puede ayudarte a averiguar cómo conseguir ayuda, ya sea económica o a través del seguro.
Establecer límites
Si ha intentado romper un hábito antes, sabe cuánta fuerza de voluntad se necesita. Puede que incluso hayas probado las dietas de moda, el pensamiento positivo y la autoflagelación con la esperanza de que, por arte de magia, te den una nueva oportunidad. Por desgracia, esto suele hacer que te sientas peor. Si quieres cambiar de verdad, tienes que hacerlo por tu propio bien, no por el de los demás o por el beneficio de los demás. Tienes que cambiar porque quieres cambiar, no porque quieras cambiar la vida de los demás. Si quieres cambiar, tienes que hacerlo por ti mismo. La mejor manera de hacerlo es poniendo límites a tu tiempo, energía y recursos. Si no tienes control sobre tu horario de trabajo o si necesitas cancelar una reunión, no vayas.
Desarrollar hábitos saludables
Cuando intentas cambiar un hábito, es importante que también cambies tus hábitos. Esto puede significar dedicar tiempo a una afición o pasar más tiempo con amigos que no te presionen para cambiar. También podría ser comer más sano o hacer ejercicio. También podría ser beber menos. Lo que tienes que hacer es encontrar actividades que te ayuden a relajarte y a olvidarte de tu lista de tareas. Puede ser leer, escuchar música, darse un baño, escribir un diario o meditar. Este tiempo alejado del trabajo y de otras responsabilidades te ayudará a desconectar y te dará la oportunidad de pensar menos. También te ayudará a crear nuevos hábitos saludables que podrás mantener cuando no estés de descanso.
Respira
Para hacer cambios, necesitas calmarte y respirar. La falta de oxígeno puede provocar un aumento de los niveles de adrenalina y estrés, lo que puede contribuir a la ansiedad y los ataques de pánico. Los ejercicios de respiración pueden ayudarte a calmarte y a concentrarte en lo que es realmente importante. También puedes hacer ejercicios de respiración mientras haces tu lista de tareas, para que no interrumpan tu flujo de trabajo.
#Suelta, suelta, suelta Si el cambio es un proceso, el impulso juega un papel importante. Cuando intentas cambiar, puede ser fácil centrarse en el proceso y evitar los resultados. También puedes centrarte en los logros, sin darte cuenta de que cada vez que te centras en el cambio, estás dando a tu cerebro la oportunidad de reiniciarse. Cultivar el impulso consiste en mantener un flujo constante de energía y esfuerzo. No puedes crear un impulso si estás constantemente rompiendo, reseteando y volviendo a empezar.
Aprende a ver el lado bueno
Si te centras constantemente en lo que tienes que cambiar, acabarás enfadado, frustrado y triste. Esto se debe a que tu cerebro está tratando de protegerte y mantenerte a salvo. No está diseñado para manejar la ira o el estrés. Así que si te centras constantemente en lo que está mal en ti, acabarás enfadado, frustrado y triste. En lugar de centrarte en lo que tiene que cambiar, céntrate en lo que te gusta de ti mismo. En lugar de centrarte en lo que tienes que cambiar, céntrate en lo que te gusta de ti mismo. En lugar de centrarte en lo que está mal en ti, céntrate en lo que te gusta de ti.
Conclusión
Puedes romper con los hábitos destructivos y cambiar tu vida para mejor. Sólo hace falta compromiso, esfuerzo y un poco de paciencia. Cuando estés listo para hacer un cambio, prepárate para la frustración y los desafíos. Puede parecer que no vas a ninguna parte y que el progreso es imposible, pero no te rindas. La persistencia y la paciencia son las claves del éxito. El cambio requiere tiempo. Puede parecer que no vas a ninguna parte, pero lo conseguirás si te mantienes firme. Es importante recordar que el cambio no es instantáneo y que no puedes hacerlo solo. Requiere compromiso, esfuerzo y un poco de paciencia.