Tener animales de cría y de producción no es un asunto para nada sencillo, ya que si deseas ofrecer calidad a tus consumidores, debes de estar muy atento de ellos durante todo el proceso de su desarrollo, ya que las condiciones de vida en la que se encuentren influyen notablemente en el producto final.
Es así, como el sector porcino, muestra un alto grado de preocupación ante el incremento de los casos de caudofagia, tal vez leerás la palabra y te extrañará por completo, pues bien te indicamos que es un trastorno que a menudo afecta a los chachos y genera graves consecuencias en la productividad, si deseas conocer más, debes de seguir leyendo este post.
¿Qué es la caudofagia?
Primero lo primero, debes de saber que la caudofagia, esta es una patología conductual que afecta a los animales de la categoría porcina, es decir, a los cochinos, chanchos, marranos y lechones (con independencia de cómo los llamen en tu localidad), que conlleva a que estos procedan a morder la cola de sus homólogos.
Pero ¿Por qué se genera este mal hábito? Estudiosos de la conducta animal consideran que este es un principio un reflejo del estrés que está sufriendo el animal, ya que su patrón conductual habitual es estar oliendo todo cuanto se encuentra a su alrededor, pero más en específico, gusta hozar su propio alimento.
Es así, como se puede apreciar que esta inadecuada conducta se hace presente en aquellas instalaciones donde los cerdos no tienen la posibilidad de buscar su comida con su propio hocico, por lo que limitados, agreden a sus compañeros a través del mordisco en la cola.
¿Es peligrosa esta conducta?
Continúan reseñando los expertos y criadores de cerdos, que dicha patología puede deberse no solo a un clima cargado de tensión, donde el alimento no se les provee como es debido.
Sino que también esta puede sobrevenir como consecuencia de una interrupción en el proceso de lactancia de los pequeños cochinos, generándoles un shock traumático, que los conlleva a morder.
Efectivamente tratándose de una patología, que los aleja de sus estándares normales de comportamiento, esta puede convertirse en agresiva, sobre todo cuando las circunstancias presentan agravantes, como la presencia de animales más fuertes, épocas reproductivas, amenazas ante depredadores, falta de seguimiento de las órdenes de los cuidadores y demás situaciones en las que el cochino se siente agredido.
Pero lo más peligroso de la caudofagia, es que puede desencadenar un canibalismo, como bien se sabe (y si no estás al tanto, nosotros te informamos) son omnívoros, es decir, pueden comer desde vegetales hasta carne de otros animales, e incluso de humanos (aterradores casos ya se han registrado en el mundo).
De modo tal, que al morder la cola de sus homólogos, dependiendo de la dureza con que lo hagan, pueden terminar por sangrarlos, hecho ante el cual, los demás cerdos se sentirán atraídos por el olor, desarrollándose así una desaforada intención de querer morderse todos entre sí, para poder obtener sangre fresca.
¿Es contagiosa la caudofagia?
Contrario a lo que puedas pensar, esta no es solo una conducta incomoda, sino que como bien habrás podido evidenciar, puede incluso está dirigir a hábitos verdaderamente dañinos, como ataques entre los mismos cerdos que los lleven a la muerte, y ataques a los cuidadores que pueden conducir a la muerte.
Pero eso no es todo, sino que así como pueden aprehender el patrón de mordida los mismos cochinos de una camada, puede esta patología trasladarse por imitación a granjas vecinas.
Los cochinos tienen un alto sentido del olfato y de la vista, por lo que al apreciar que tras morder el rabo de uno de sus parientes obtienen sangre fresca, pueden verse forzados a repetir el acto con sus compañeros.
En estos casos, es necesario recurrir a intervenciones forzosas de los cuidadores, que implican:
- Retiro del grupo de morder compulsivo, y por ende su respectivo sacrificio. Algunos optan por hacer dicho acto frente a los demás chanchos, a efecto de que estos puedan ver las consecuencias de su conducta reiterada.
- Colocación de cicatrizante en las colas heridas, y empapamiento de sustancias amargas y repulsivas que mantenga a los cerdos alejados de dichas colas.