La trombosis venosa profunda es una enfermedad potencialmente mortal, ya que es la principal causa de embolia pulmonar. El sistema venoso se divide en profundo y superficial, según la posición de los vasos sanguíneos en el subcutáneo en relación con la fascia de los músculos.
Las venas de los miembros inferiores están dotadas de válvulas internas que evitan el reflujo de sangre hacia abajo, favoreciendo así su retorno al corazón. Por tanto, el movimiento de las extremidades es fundamental para evitar el estancamiento de la sangre, condición que se acompaña de la típica sensación de hinchazón y pesadez.
El trombo es un coágulo de sangre que se crea en circunstancias inapropiadas dentro de un vaso sanguíneo. La formación de un coágulo es un proceso complejo que involucra varios factores contenidos en la sangre y en las plaquetas. Un trombo puede causar una oclusión total o parcial del vaso.
El trombo que provocó la trombosis puede sufrir una ruptura parcial y canalizarse al torrente sanguíneo hacia el corazón y los pulmones, donde puede bloquear parcial o completamente el riego sanguíneo, exponiendo al sujeto a complicaciones potencialmente fatales.
Los sitios más afectados por la trombosis venosa profunda están representados por los vasos profundos de las extremidades inferiores (piernas, pantorrillas y pelvis) En casos más raros, también puede ocurrir en otras partes del cuerpo, como las extremidades superiores. Más información aquí sobre trombosis venosa profunda.
Causas
Los factores de riesgo que favorecen la aparición de la trombosis venosa profunda están representados por:
- Adultos mayores de 60 años.
- Inmovilización prolongada en cama, especialmente después de una cirugía.
- Inactividad prolongada, como durante viajes largos en avión o coche,
- Presencia de tumores en el páncreas o en el intestino.
- Embarazo y puerperio; el útero gestante puede comprimir las venas de la pelvis. Además de esto, el aumento de estrógenos que se produce en estas condiciones fisiológicas también aumenta la coagulabilidad de la sangre.
- Tomar estrógenos (píldora anticonceptiva, terapia de reemplazo hormonal).
- Tabaquismo (tanto activo como pasivo).
- Obesidad.
- insuficiencia cardíaca; un corazón que no bombea eficazmente puede provocar el estancamiento de la sangre.
- Venas varicosas.
- Historia previa de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar en antecedentes personales o familiares.
- Traumatismos en las extremidades que pueden dañar la pared de las venas.
Síntomas
El inicio clínico de la enfermedad suele ser sutil, porque en aproximadamente, en la mitad de los casos la afección no se manifiesta, sino que se desarrolla en ausencia total de síntomas; El tromboembolismo pulmonar a menudo puede ser la primera manifestación de la enfermedad.
Los signos y síntomas clínicos más comunes de la trombosis venosa profunda son:
- Dolor vago en la extremidad inferior (el dolor rara vez es más intenso); la sensación se asemeja a un calambre o una tensión.
- Sensación de pesadez en la extremidad, que empeora al caminar.
- Edema; hinchazón de la extremidad debajo del sitio del trombo debido al bloqueo de la circulación. La extremidad afectada parece más hinchada que la otra: puede ser útil evaluar la asimetría de las dos extremidades con fines de diagnóstico midiendo la circunferencia a nivel de la pantorrilla.
- Aumento local de la temperatura, debido al estancamiento de la sangre.
- Dilatación de las venas colaterales superficiales, que luego pueden volverse visibles y palpables.
La trombosis venosa profunda en la pantorrilla puede ser particularmente difícil de diagnosticar porque los síntomas pueden ser sutiles y, por lo tanto, menos fáciles de reconocer.
La presentación de una trombosis en la pelvis o parte superior de la vena femoral es más clara, lo que provoca signos evidentes por la afectación de todo el miembro inferior. La extremidad se vuelve cianótica (azulada) y puede alcanzar una gangrena venosa
Complicaciones
El pronóstico es bueno si la enfermedad no se complica con una embolia pulmonar; de lo contrario, la trombosis venosa profunda se ve afectada por una alta tasa de mortalidad. Sin el tratamiento adecuado, existe un riesgo de aproximadamente un 3% de desarrollar tromboembolismo pulmonar mortal.
El tromboembolismo pulmonar se debe al desprendimiento de un fragmento de trombo, que así termina en el torrente sanguíneo, llega al corazón y de allí a los pulmones, donde obstruye una arteria pulmonar. Esto ocasiona dificultades respiratorias, dolor de pecho y niveles reducidos de oxígeno en sangre.
Terapia
La trombosis venosa profunda requiere un tratamiento inmediato con anticoagulantes. El objetivo del tratamiento es prevenir la embolia pulmonar y, solo de forma secundaria, aliviar los síntomas.
La colocación de un filtro cava, o un dispositivo que bloquee la entrada de trombos al corazón, se implementa en aquellos casos en los que la anticoagulación farmacológica está contraindicada o en pacientes que padecen trombosis venosa recurrente.
También suele recomendarse el uso de medias de compresión graduada, cuyo objetivo es aliviar el dolor y reducir la hinchazón, limitando así el riesgo de úlceras.